Fragmento «ENSAYO SOBRE LA ESPERA» por LAURA CORCUERA.

Acción Sobre la Espera

En un lugar donde se detiene el tiempo y la performatividad cobra sonido coral. En el centro de la ciudad de Madrid, una mujer llega del campo con una planta de tabaco y un mono azul de trabajo.

Planta principal. Patio de Operaciones. Las obras del tiempo están a punto de comenzar en la antigua sala de Correos. Un conjunto variado de cuerpos de seguridad y de inspección pasea las instalaciones. Un invernadero crece aquí dentro. En el corazón de un centro cultural metropolitano.

Ana Matey comienza su acción. Sentada en el centro de una espiral de 70 sillas. Lleva puestos unos audio-cascos con petaca. Reconocemos algunos elementos característicos de las acciones de Matey: presencia rotunda, respiración precisa, compromiso en el aquí-ahora, nobleza espiritual. Cada silla guarda en su regazo unos audio-cascos con petaca. Pausa. Quietud. Contemplación. Visitantes del centro cultural cruzan el espacio ajenxs a la acción. Una niña pregunta qué está pasando.

Matey se levanta y agarra la primera silla de la espiral, la arrastra lentamente por el espacio. Los sonidos del hall se amplifican. ¿Qué suena por los cascos? ¿Qué hace esta mujer? Más comentarios y preguntas sobre lo que está empezando a pasar. Unas cuantas personas del público cogen algunas de las sillas de la espiral y se ponen los cascos para escuchar. Matey las saca del lugar sin palabras. Yo coloco de nuevo las sillas y los cascos en su lugar. La acción continúa. Matey coloca la primera silla justo enfrente de la espiral, en el centro del CentroCentro. La poeta y performer Yolanda Pérez Herreras se sienta. Matey le coloca suavemente los cascos en los oídos. Y lentamente regresa al punto inicial para agarrar la segunda silla y moverla hasta colocarla enfrente de la primera. Otra

persona se sienta. Matey le coloca cuidadosamente los cascos. El público ya ha entendido ya procedimiento. Todo es lento. Incluso aburrido. Silla tras silla, Matey mueve el espacio y coloca los cascos. Persona tras persona. Hay gente que se va de la acción para volver después de tomarse unas cañas. La performance apunta a una duración “larga”. Pero ¿qué es largo? ¿Qué es corto? La espera requiere paciencia.

La pedagoga y performer Belén Cueto señala entonces la entrega que requiere esta acción.
“El compromiso de aguantar, de sostener lo que pasa, ser parte al cien por cien de la acción que está compartiendo Ana”. Cuando la gente se pone los cascos entra en la dimensión del relato sonoro. ¿Qué están escuchando?, se preguntan varias personas. Belén Cueto prefiere seguir acompañando un rato desde fuera (si hay un afuera), un lugar en el que podemos movernos sin estar sentadas en una silla. Oímos el sonido de la Plaza de Cibeles, las ambulancias y las policías. Todavía.

El tiempo lento va in crescendo. Hay una aceleración constante. La espiral y la línea recta son parte de un camino para la composición, el reflejo, el recuerdo. Y el círculo se transforma en rectángulo. Casi 70 cuerpos escuchan sentados lo que cuentan otros 70 cuerpos presentes de voz durante 70 minutos. 7 veces 70 universos activados en espera.

Ana Matey pregunta: “¿Cuál es la espera más larga que has tenido en tu vida? ¿Qué brota dentro de ti al hacerte esta pregunta?”. En CentroCentro, plaza de Cibeles, ciudad de Madrid, España, Península Ibérica, Corredor del Mediterráneo, Sur de Europa, Hemisferio norte, planeta Tierra. Es sábado 19 de enero de 2019. La geometría matemática de Matey indica una línea de fuga infinita.

La performer, que ha estado escuchando con sus cascos todo el tiempo, se sienta entre los restos de las sillas vacías. Coloca la planta del tabaco seca sobre su cabeza. En equilibrio. En suspensión. En silencio. La planta se desmigaja, como el territorio. Y de las briznas renace otro paisaje. Ana Matey se levanta y agradece la presencia a todxs sus acompañantes, presentes y ausentes.

AQUI texto completo.

AQUI documentación de la pieza.

Y aquí de nuevo quiero agradecer primero a Laura Corcuera, por la invitación y éste magnífico texto. A las 70 personas que participaron con su testimonio, a todo el equipo que hizo posible la buena realización de la pieza, desde el técnico, a todo el Equipo de Una Ciudad Muchos Mundos, al colectivo C.A.S.I.T.A, equipo de Intermediae y CentroCentro. Millones de gracias a todas y cada una de las personas.