Texto Verónica Álvarez «Resistencia y resiliencia natural»

Texto para Ana Matey -Acciones en la naturaleza- (168 horas en el bosque de Valdelarte + proceso posterior) RESISTENCIA y RESILIENCIA NATURAL

1920 Valdelarco

María camina erguida con un cántaro en la cabeza y dos más en cada cadera. Lleva el agua a las casas del pueblo desde la fuente o manantiales cercanos. El cuerpo es su herramienta. Caminar su acción diaria. Su oficio es “Aguaora”. Su cuerpo dibuja diariamente. Con 41 años tiene dos callos en ambos lados del torso y las cervicales unidas. Siente el dolor y resiste.

2020 Valdelarte

Ana camina contando sus pasos, meditando, pensando, construyendo y señalizando el recorrido por todo el perímetro de la finca de Valdelarte. El cuerpo es su herramienta. Caminar su acción diaria. Su oficio es “crear”, es artista. Su cuerpo dibuja diariamente. Con 41 años tiene cuello invertido, lumbalgia, y tendinitis. Siente el dolor y resiste.

Dos épocas distintas (tiempo), Dos mujeres (cuerpo), Dos oficios (resistencia y resiliencia), Un lugar o territorio común (memoria). El bosque de Valdelarte es custodio del legado de ambas. El cuerpo, es un lugar donde habita la memoria. En él se plasman las ideas, luchas, pasiones, angustias, y las resistencias. Todos hemos experimentado alguna vez síntomas físicos y hemos asociado este malestar con algo.

¿En qué lugar del cuerpo se almacenan tus recuerdos?

(TIEMPO)

Ana, ha realizado una cartografía de la proximidad referente al tema del cuerpo como territorio dentro de un tiempo físico establecido. Con base en la historia de vida del lugar, de los que habitamos este bosque, identificando la percepción que ella tiene sobre su cuerpo a la luz de seis categorías: trabajo diario del centro, afectos, actividades de pensamiento, actividades de cuidado, vulnerabilidad y autocuidado, todas ellas en relación a dos categorías que las engloba, el lugar y el tiempo concreto.

El uso y significado del término “territorio”, tiene una semántica compleja, que esta mirada artística no sólo usa el concepto jurídico-geográfico, o de las ciencias naturales, si no que añade y profundiza en el grupo humano que lo habita y trabaja, en la ecología del paisaje y en su historia, el plan de vida. Esta “espacialización” del territorio genera un tejido relacional, red y canal de energía de flujos ordenados dentro del ecosistema. Merleau Ponty define que el “yo” reside en el cuerpo, y que este no es el resultado de las causalidades que lo determinan, y en consecuencia no puede ser entendido únicamente como un objeto de la biología, la psicología, la sociología y la ciencia misma. Su concepción del cuerpo se apoya sobre “la experiencia del mundo” y la construcción del mundo vívido, donde el cuerpo a través de la percepción establece juicios acerca de la realidad en una relación singular “Más nuestro cuerpo no tiene el poder de hacernos ver aquello que no existe; solo puede hacernos creer que lo vemos”. El mundo vívido es la propia historia perceptiva del mundo objetivo, donde tiempo y espacio cobrarían sentido como coordenadas de la existencia:

Mi presente, que es mi punto de vista acerca del tiempo, se convierte en un momento del tiempo entre todos los demás, mi duración en un reflejo o un aspecto abstracto del tiempo universal, como mi cuerpo en un modo del espacio objetivo.
Ella trabaja la “veracidad”, “objetividad”, y la “resiliencia”, visibiliza este nuevo balanceo entre lo real y lo objetivo. Duda, reflexiona y se cuestiona. ¿Es lo real la visualidad de la propia experiencia, en un contexto cada vez más desposeído (o falsificado) de vida? Quizás tiene Zygmunt Baumann razón cuando habla del tiempo líquido, de una sociedad alineada, blanda y lo rescato pues quiero señalar que esta artista acciona contra ello. La lentitud como método y el caminar como acto revolucionario. Construye y crea a través del pensamiento que conforma la acción de cada tiempo y lugar.

Cree en la certeza de “su tiempo intimo”, cultivando la necesidad de recolectar lo inherente al humano, su forma natural de vivir, y donde las prácticas ancestrales, locales pueden reaprenderse y compartirse.

(TRABAJO)

Al realizar la cartografía del bosque de Valdelarte con su cuerpo, Ana, ha trabajado la resistencia, y la resiliencia. El cuerpo como territorio habitado, trabajado, sentido, en el que se expresan los conflictos desde la subjetividad. Coherencia entre el pensamiento y la acción. Búsqueda del conocimiento físico del lugar. Al analizar su propuesta, me sumo a la idea de MATRIA latinoamericana, que marca claramente un territorio geográfico, político y corporal en el que habitamos y al cual sólo pretendemos transformar en la defensa de nuestra soberanía, la del ecosistema al que pertenecemos. Entender el cuerpo como una geografía político- afectiva.

Antiguamente, (años 20/30, última generación que vivió el verdadero campo o medio natural español) los agricultores, pastores, conocían palmo a palmo la tierra que pisaban, desde las piedras o hitos que delimitaban las fincas a el número de árboles que poseían. Eran y son reservorios de una memoria que se nos va. Su trabajo en la residencia, comprende una parte etnográfica, y en algunas ocasiones antropológica. Sus medidas de pasos, su búsqueda del centro geográfico de la finca, sus trayectos o sendas de hilo dibujados en la tierra el resultado de su recolección por el lugar “cabeza de alcornoque” evidencian su estudio, y conceptos.

Centrándonos en su obra visual, (fotografía-video) me viene a la memoria la fotógrafa M. Rosler que se preguntaba sobre el peligro depositado sobre la ‘verdad’ de mano de la imagen fotográfica manipulada por ordenador: “¿Cómo aproximarse a esta cuestión en un periodo en el que la veracidad de la fotografía ‘directa’, no manipulada, ha sido atacada en las dos últimas décadas?”. Ana trabaja la imagen real, veraz, directa, donde narra, describe o activa, a menudo desde la ironía las grandes contradicciones de la cultura actual, la silenciada y la que pretende adaptarse, utilizando bien los aportes tecnológicos.

Como huésped ocasional, es una observadora paciente, ávida de conocimientos, vive la vida en todos sus ámbitos con la curiosidad de una niña. Aprecia cada momento y, su aportación femenina está muy presente.

(CUERPO y MEMORIA)

El dibujo del propio cuerpo permite analizar(nos) al entenderlo como un territorio en rebeldía, en el que la hegemonía del sistema económico y político trata de controlar o apoderarse. Existe la emergencia del cuerpo en esta sociedad contemporánea, y asumirla como un espacio de reconceptualización. Desde hace tiempo esta exploración corpo-sensorial ha producido numerosos debates sobre las múltiples teorías del cuerpo (cuerpo-uso como herramienta para la creación de acciones individuales o colectivas hanproliferado, pero también han geografía, cuerpo afectivo-afectado, cuerpo identitario y fronterizo, cuerpo ritual, cuerpo-degenerado, etc.), y su creado confusión. Creo que el arte de acción o performance donde se utilice el cuerpo debe implicar una clara yreal conjunción de todos estos elementos: concepto, composición, motivación estética, y realización-adaptación de las acciones junto a la intervención de los espacios. Su veracidad y cuidado.

La posmodernidad viene reescribiendo una iconografía y estética particular del uso del cuerpo en torno al arte, que impacta sobre las distintas variables de lo social, ficcional o performático, que traducen la construcción de la identidad de lo individual y de lo colectivo. Creo que es necesario reflexionar sobre las distintas visiones de esta relación compleja y no siempre sostenible. En este poshumanismo tecnológico, debemos volver a redefinir, y resolver el futuro de la disciplina desde una visión filosófica y de las ciencias humanas en general.

El recorrido por el cuerpo como lugar, nos permite postular la posibilidad del estudio de la memoria a partir de la comprensión histórica del ejercicio del cuerpo a partir de sus prolongaciones, según la teoría de McLuhan: Cuerpo y memoria se encuentran mutuamente implicados. El cuerpo humano muestra cómo trabaja la memoria social y como este aparato, desde el punto de vista simbólico como cultural, participa como memoria corporizada resignificando cuerpos.

La obra de Ana en Valdelarte, trabaja el cuerpo como un lugar de memoria también. El cuerpo humano- herramienta actuando como punto de partida, donde al caminar por todo el perímetro de la finca, registra, recolecta, y señaliza hitos de su trabajo. Pliega conceptos y recuerdos vividos, recuerdos presentes y recuerdos futuros que se pueden reinsertar en nuestras vidas, en Manuel (mi pareja), en mí y en las vidas de personas que han vivido el lugar o futuras personas que lo recorran. Añade la idea de cuerpo como testigo de un presente-pasado para reinsertarlo en el presente-futuro como cuerpo-patrimonio-natural donde habitan las memorias individuales y colectivas. A la vez utiliza el cuerpo y la acción de caminar como resiliencia y como resistencia contrahegemónica.

A vista de pájaro, (hoy en día un dron con cámara) ella construye un mapa. Su cuerpo es una herramienta explicativa hacia fuera pero también autorreflexiva porque exige ubicarnos de forma corporal en el territorio tanto físico como mental. Nos lanza una llamada, nos implica, y nos sacude suavemente, con la amabilidad de lo bello consciente, sobre el compromiso que tenemos con nosotros mismos y con la tierra que habitamos.

Ana, gracias por la poética que me transmite tu natural intervención, y dedicarte esta reveladora y magnífica cita de la artista Joan Jonas,

“La performance es el medio del que me valgo para construir un objeto que existe tan sólo en el tiempo, el cual se plasma con mi cuerpo. La performance es poesía tridimensional creada en vivo en el espacio”

Verónica Alvarez Valdelarte 18-2-2020

BIBLIOGRAFÍA
Pierre Nora “Les Lieux de la mémoire.
Hannah Arendt, 1961.
McLuhan, 1987.
Merleau Ponty 1985,
Zygmunt Baumann 1989.
Halbwachs, 2011.
Joan Jonas (artista, PERFORMER)
Martha Rosler (FOTÓGRAFA)
Theresa Harlan (FOTÓGRAFA)
«Naturaleza Invitada”, film de 35 minutos de Rebecca Horn.